El otro día, paseando por el Hipercor (cosa rara porque yo compro en Carrefour que mi novio trabaja allí) vi que habían reeditado los libros de la Editorial de Barco de Vapor y que había una oferta de un libro + una agenda por 6,95.
Y me acorde, de mi libro favorito de mi infancia, el que mi madre regaló al hospital para que los niños disfrutaran.
Quisicosas. Este libro me lo leí un millón de veces y gracias a el empecé una colección de gomas de borrar como la protagonista.
Pero se fue el libro y se termino mi colección, es más solo me queda un borrador en forma de rodaja de limón.
Me acorde y me entro nostalgia, así que voy a ahorrar para comprarme de nuevo el libro (que lleva más de diez años diciéndolo, más que nada por si una amiga se porta y me lo regala, en lugar de juguetes eróticos, que ya puedo poner una tienda).
Me lo volveré a comprar y volveré a empezar la colección de gomas de borrar.
Un borrador tengo, ahora mismo esta en mi mano.
Os dejo un resumen del libro, es de la serie blanca de Barco de Vapor (para 7 años) pero a mi me da igual. Lo han sacado también en otra editorial.
El padre de Ana se quedó boquiabierto cuando su hija le pidió dinero para comprarse una goma de borrar. Y la verdad es que Ana tenía trescientas veintidós gomas: en forma de plátano, de limón, de coco, de caramelo, de chocolate, de chirimoya... Pero la goma que ella quería era una goma muy, muy especial.
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